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¿Vale la pena comprar un horno de vapor?

Cada familia tiene su forma de organizarse. Nosotros somos cocinillas y amigos de experimentar. Nos encanta comer y nuestra vida siempre transcurre alrededor de la mesa de la cocina, que es de alguna forma nuestro cuartel general.

Como le ha pasado a mucha gente durante la pandemia, pasar más tiempo en casa nos ha hecho replantearnos nuestra manera de cocinar y el equipo que necesitamos. Llegamos a la conclusión de que el mejor regalo que nos podíamos hacer en navidad era un horno combinado de vapor porque habíamos oído que la cocina con ellos es más sana y más sabrosa.

¿Es eso verdad? Yo te voy a contar nuestra experiencia, para que tú saques tus propias conclusiones.

Nuestro horno llegó a casa justo a tiempo para instalarlo y asar un pollo como ensayo general del pavo de Nochebuena. Pasado el momento inicial de pánico con un manual de instrucciones muy complicado, sin saber por dónde empezar, decidimos agarrar el toro por los cuernos y lo asamos como mejor nos pareció. Lo cierto es que quedó riquísimo, sin duda más jugoso que con el horno convencional. Debajo de la parrilla del pollo habíamos puesto una bandeja con papas, batatas y verduras, que fue recogiendo los jugos del asado… quedaron fantásticas. Siempre nos ha gustado hacer, por ejemplo, zanahorias al horno para acompañar un asado, y que se doren, pero en un horno convencional es fácil que queden algo secas y duras. En este caso, las zanahorias, las papas, las cebollas… todo quedó tierno, jugoso y dorado.

Desde ese día, no hemos dejado de experimentar, y hemos comprobado que la comida se hace en su propio jugo, y por eso tiene tanto sabor y no queda seca, ni quemada. El mejor ejemplo, los pescados, que son el paradigma de mínimo esfuerzo con resultados espectaculares. Pusimos una lubina entera al horno, tal cual, y la cocinamos al vapor durante 15 minutos. Añadimos después un aliño con salsa de soja, jengibre y cilantro y nos quedó increíble: sabrosa, delicada… perfecta.

Cerdo con salsa barbacoa: primero al vapor, luego debajo del grill para que se dore. Impresionante.

Pan sueco de eneldo, roscón de reyes: la función de leudar las masas –hacerlas subir– es el sueño de todo panadero en ciernes. A 35 grados y gracias al vapor, suben de maravilla. El vapor también ayuda a que se horneen mejor, se levanten más y queden esponjosas.  Claro, por algo los hornos industriales de las panaderías tienen vapor.

El cordero también se beneficia del vapor durante la cocción

Esta es, me parece, la cuestión. Está claro que en la hostelería y la industria se usan muchísimo los hornos de vapor, desde para hacer pan y brioches hasta para guisar langostinos sin que se despeinen ni dejen su sabor en el caldo. ¿Cómo se traslada eso a nuestros hornos domésticos? Los hornos profesionales son parametrizables, es decir, permiten regular la temperatura, por un lado, y por otro la saturación de vapor entre 0 y 100. En cambio, los hornos combinados domésticos tienden a ofrecer programas para cada alimento, para que no te compliques, pero con el resultado de que no sabes realmente cuánto vapor está aplicando el horno en cada momento y es más difícil controlar el proceso. Por otra parte, la función de vapor en los hornos más básicos no es regulable siquiera.

Así que tenemos un propósito. Vamos a desmenuzar este tema para entenderlo, y así podremos ayudarte a ti a elegir y utilizar tu horno combinado de vapor. ¿Nos acompañas en este viaje? Déjanos tu pregunta o tu comentario e intentaremos responderte lo mejor que podamos.

Si estás buscando información sobre hornos de vapor para intentar decidir qué tipo comprar, puede resultarte útil leer este artículo sobre las diferentes clases de horno que hay en el mercado.

Y si quieres leer nuestra reseña del horno de vapor que hemos comprado, aquí tienes un artículo detallando cómo funciona y lo que nos ha parecido.